viernes, 8 de enero de 2010

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La TV engorda

Por Daniel Peláez Carmona


En la inauguración del ciclo escolar 2006-2007 el gobernador del Estado, Silverio Cavazos Ceballos, echó a andar un programa de peso y talla que pretende dar seguimiento a estos dos factores del crecimiento de los niños de educación básica –preescolar, primaria y secundaria- con el propósito de combatir el problema de sobrepeso y obesidad que se presenta en la mayoría de los habitantes de Colima, de acuerdo con estadísticas publicadas por la Secretaría de Salud –que refiere a 400 mil colimenses que padecen ese problema- y que afecta en forma preponderante a los niños, quienes desde las más tiernas edades ya afrontan los riesgos que representan el sobrepeso y la obesidad.
El nuevo programa estatal me parece muy atinado, porque el problema que pretende atender, que es de envergadura nacional, tiene consecuencias nefastas sobre la salud física y mental de los infantes y son el preámbulo del padecimiento de males posteriores como la diabetes, la hipertensión arterial o los problemas cardiovasculares asociados al exceso de peso.
En esta colaboración me interesa abordar el problema del sobrepeso y obesidad en su asociación con las horas que los niños pasan frente al televisor y que justifican el título de este artículo.
De acuerdo con algunos estudios realizados en fechas recientes en Estados Unidos han demostrado que las horas dedicadas a ver televisión por los niños influye en forma determinante en sus condiciones físicas. “Los niños dedican una parte importante de su vida a ver televisión, diversas investigaciones han emitido la hipótesis de que esto produce obesidad por uno o más de tres mecanismos: Desplazamiento de la actividad física, aumento del consumo de alimentos no aptos mientras se ve TV o causado por los efectos de la publicidad y reducción del metabolismo en reposo. Los varones que ven más de tres horas de televisión al día tienen dos veces más probabilidades de ser obesos que los que la ven menos de una hora al día, por tanto una de las estrategias importantes dentro del tratamiento es restringir esta, se revisan algunas pautas de tratamiento complementarias” (La televisión y los niños: II Obesidad. Reyes Gómez Ulises, Sánchez Chávez Nora Patricia, Reyes Hernández Ulises, Reyes Hernández Diana, Carbajal Rodríguez Luis. Tomado de www.imbiomed.com.mx)
Por su parte, la investigadora Lourdes Roca señaló después de realizar un estudio que “La permanencia de los niños frente a la televisión se ha incrementado hasta llegar a siete horas diarias”, y alerta sobre el perjuicio que ocasiona la prolongada pasividad del pequeño en detrimento de su desarrollo intelectual, social y de salud.
La investigadora, quien organizó la exposición itinerante ¿Cómo la ves? que se encuentra en el Instituto Dr. José María Luis Mora, se dijo alarmada tras el proyecto que realizó el Laboratorio Audiovisual de Investigación Social de dicha casa de estudios y del cual emergen datos referentes a los niveles de educación, salud y sociabilización entre los infantes.
Manifestó que la exposición fue planeada para que padres y maestros reflexionen sobre los perjuicios que ocasiona ver por mucho tiempo la televisión y las alternativas existentes para salvar esa situación.
La problemática, explicó Lourdes Roca, es que "los niños y jóvenes ven el televisor de tres a cinco horas diarias en promedio y en el caso de preescolares el tiempo se incrementa de cuatro a siete horas".
El 95 por ciento de la población, continúa la maestra, ve televisión comercial; en el caso de los niños el sedentarismo se ha arraigado y los problemas de obesidad y de diabetes se extienden entre los infantes.
La inactividad que tienen los niños cuando están frente al televisor y el consumo excesivo de los productos anunciados propician el sobrepeso y la obesidad en la salud infantil y juvenil; casos que luego devienen en hipertensión y diabetes.
Tan sólo en el Distrito Federal, 45 por ciento de los niños padecen sobrepeso y 20 millones de mexicanos padecen hipertensión. La maestra Roca advierte que los casos por diabetes se incrementan de manera peligrosa entre los niños, desde la edad preescolar.
En ello también ha contribuido la televisión debido a que los productos industrializados que se anuncian son en su gran mayoría altos en grasas y sal, como la comida rápida y las frituras, y altos en azúcar como los refrescos, las bebidas refrescantes, los pastelillos y las golosinas. Otro problema de salud que han detectado los investigadores son las afecciones dentales por la misma ingesta de los productos industrializados.
Por último, refiero que un estudio publicado en la revista médica estadunidense Pediatrics revela que el máximo tiempo para que su hijo permanezca frente al televisor es de dos horas diarias máximo, porque esta actividad limita el ejercicio físico y han sido factores que ponen en riesgo a muchos niños. Sobre todo de padecer obesidad, “en México, sólo el tres por ciento de los niños practica algún deporte”, añade.
Es pues urgente, que los padres de familia junto con las autoridades tomemos conciencia del riesgo que representa el que nuestros hijos pasen demasiadas horas frente al televisor y tomemos las medidas necesarias para combatir este hábito nocivo, pero para ello se requiere que se desarrollen los programas que ofrezcan alternativas a los padres y niños niños para llenar esos espacios que no se dedicarán a la televisión como podría ser, el establecimiento de un programa intensivo de acondicionamiento físico ligado al programa escolar que involucre a los niños a su preparación física por su salud y bienestar, pero con personal capacitado para ello.
También se deberían extender e intensificar los programas de fomento a la lectura tanto en escuelas como en bibliotecas y lugares públicos, pero que al mismo tiempo se busque abaratar los costos de libros para que sean accesibles a personas de escasos recursos económicos; que se fomenten los espacios en donde se desarrollen juegos recreativos de mesa y educativos que incentiven a los menores; que se incrementen los programas de visitas culturales gratuitas a museos y espacios recreativos y culturales que sean alternativas para padres y niños en sus tiempos libres.
Y desde luego, debería incluirse entre los programas de dieta de niños, jóvenes y adultos, la prohibición de ver tele en exceso, porque engorda.

Publicado el miércoles 23 de agosto de 2006
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